FABRICACIÓN DEL CONDÓN
Los condones de látex están hechos del más fino látex natural, extraído directamente de las plantaciones. Una vez el látex pasa por el proceso de control de calidad, es procesado para darle la forma que se requiere. Preservativos, estabilizadores y agentes vulcanizadores, son añadidos al látex para darle la calidad y consistencia requerida.
El siguiente paso es pasar la mezcla a tanques de temperatura controlada, por donde estará pasando una línea de moldes de cristal. Cada molde será sumergido durante unos segundos en la mezcla hasta que cada uno recoja una capa delgada de látex. Después de esto es secado mediante corrientes de aire filtrado para evitar la contaminación. Una vez secos, se vuelven a introducir en la mezcla y se secan por segunda vez.
Después de este proceso, el extremo abierto del condón es enrollado levemente para darle más fuerza y resistencia en el borde. Aun estando en los moldes son posteriormente pasados, a través de un horno donde son vulcanizados. Luego los condones son removidos de los moldes con agua a presión y son secados. Aunque en este momento los condones están listos para ser empacados, ellos no llegaran a esta etapa a menos que pasen por un proceso de revisión de calidad. Dado que la calidad es fundamental en la producción de los condones, es esencial el examinar el acabado de cada uno.
El primer chequeo que se le hace a los condones es el testeo electrónico. Posteriormente son inflados para comprobar la elasticidad y resistencia de los condones. Un condón promedio resiste aproximadamente 40 litros de aire equivalentes a 9 galones de agua. Después de esto, una muestra de los condones es llenada con 300 ml, de agua y son suspendidos por 3 minutos. En este momento son revisados para detectar cualquier filtración de líquido.
Al terminar este chequeo, algunas muestras son sometidas a pruebas de estabilidad que garanticen la vida útil de los condones una vez terminadas las pruebas, los condones son empacados y distribuidos.